Los individuos carentes de recursos intelectuales suficientes para poder argumentar solidamente sus tesis suelen caer, a falta de argumentos mejores, en la descalificación gratuita del contrario. Cuando uno de estos individuos, además de caer en la descalificación personal, pretende esgrimir como argumento a su favor una tara física o discapacidad de su oponente, además de poner en evidencia sus propias limitaciones hace gala de una falta absoluta de catadura moral.
El señor Alberto Suárez Alba en un artículo especialmente destacado en El Correo Español del pasado sábado arremete duramente contra Iñaki Nuño por haber dado cobertura, en calidad de Presidente de la asociación de vecinos Gasteiz Txiki, a las últimas okupaciones acontecidas en la calle Cuchilleria de Gasteiz.
Ante la falta de argumentos verosímiles en los que sustentar sus tesis se dedica mezquinamente a descalificar a Nuño por motivos tales como su visible alopecia o su discapacidad visual, llegando incluso a insinuar, en un delirio heterofóbico, que el hecho de haber vendido cupones de la ONCE incapacita a Iñaki Nuño para presidir la Asociación de Vecin@s de nuestro barrio.
No seré yo quien entre ahora al trapo a descalificar a este aprendiz de Jiménez Losantos (entre otras cosas porque seguramente si yo me dirigiese a él en los mismos términos en que él se dirigió a Nuño acabaría con mis huesos en la Audiencia Nacional), ya que él mismo se retrata con su actitud intolerante y apologeta de la eugenesia, y pierde cualquier credibilidad que hubiera podido tener.
En cuanto a los calificativos que nos dedica a los miembros de Hemen eta Munduan, le agradecemos el halago que supone para aquellos que dejamos atrás los treinta perlas del tipo muchachada, chavales, nenes... Lo que ya no le tolero es que insinué que nuestros argumentos tienen menos legitimidad por dar ruedas de prensa en la calle y frente a una mesa de tijera, ruedas de prensa que ya se encargarán sus medios de manipular convenientemente. ¿Quizá cree mas legítimas sus tesis por escribir desde una lujosa mesa de madera de caoba?.
Para terminar me indigna que repetida y orquestadamente se pretenda insinuar que queremos convertir nuestro barrio en un ghetto, y que estas acusaciones vengan además de señores que a buen seguro no viven aquí. En mi barrio convivimos multitud de culturas, se escuchan distintas lenguas, se ven distintos tonos de piel, distintas gentes, distintos colores y olores, es sin duda uno de los barrios más ricos en actividad cultural, social, y política, surgida de la gente, al margen de las instituciones. ¿Es esto un ghetto?. Seguramente no me equivoco mucho si afirmo que en su barrio, Señor Suárez, todos son del mismo color (rostro-pálido), hablan la misma lengua (español), pertenecen al mismo estrato social (acomodado), y acuden religiosamente el sábado a la tarde a disfrutar del ocio en un flamante centro comercial. ¿Acaso no es esto un ghetto?.
Llevamos mucho tiempo hart@s de que vengan los señoritos a decirnos lo que necesita nuestro barrio y lo bonito que nos lo van a dejar. Pero nuestro hartazgo llega al límite cuando estos señoritos vienen a machete, descalificándonos a nosotr@s y a nuestr@s representantes vecinales, insultando a falta de argumentos mejores, e instando a los cuerpos policiales a que actúen nuevamente como lo hicieran en el brutal desalojo de las casas de Aldabe. Si realmente son tan demócratas como pretenden pregunten a l@s vecin@s. Sometan a referéndum el PERI y el proyecto de la Fundación Santa Maria, e incluso nuestro proyecto de Ateneo, y si l@s vecin@s nos quieren nos vamos (harían ustedes lo mismo).
Cada uno ya se ha retratado como lo que es, ahora que la gente juzgue.