En Melilla los hambrientos son recibidos con alambradas, palizas y balas, en Roquetas sale muerte del cuartelillo, el 12 de Octubre la fiesta de la hispanidad se sigue congratulando de haber violado, saqueado y arrasado América Latina y sus pueblos. La construcción europea se hace en clave neoliberal, esto es, atacando las conquistas históricas de l@s trabajador@s, abriéndole espacios a las grandes multinacionales a la vez que cerrándoselos a los derechos sociales, a la autodeterminación de los pueblos, a la democracia. Ser antifascista hoy significa seguir combatiendo a la barbarie. A la de las bandas nazis en las calles, pero sobretodo a la barbarie del sistema, a la que reparte hambre, guerras, precariedad y represión. Somos antifascistas porque somos anticapitalistas, porque entendemos el fascismo como la expresión más terrorista del capitalismo.
Por eso hoy, en esta movilización del 20N, recordamos a tod@s l@s que se dejaron las ilusiones, la salúd o la vida combatiendo al fascismo, recordamos con especial fuerza y cariño a los cinco luchadores por la libertad que el franquismo asesinó hace treinta años. Nosotr@s, la juventud que lucha, estamos orgullos@s de pertenecer al mismo pueblo que los vió nacer, al mismo pueblo que con las armas en la mano defendió años antes la libertad y el fin de la explotación, al mismo que cuarenta años de dictadura terrorista no lograron callar, al que hoy reivindica a tod@s l@s que han caído: 200.000 fusilad@s y cerca de un millón de pres@s polític@s.
El franquismo no fue la ensoñación de cuatro generales, fue el proyecto de dominación que le aseguró a la burguesía española un control de hierro sobre las clases populares, el que aseguró silencio y beneficios. Silencio que presidió la Transición, que impone a un Monarca directo heredero y por ello cómplice de la dictadura de Franco, que permite que asesinos como Manuel Fraga o Martín Villa sigan en puestos de poder -estatales o empresariales- , que ha mantenido a los torturadores de la dictadura en los cuerpos represivos españoles sin depuración alguna, que quiere imponer la amnesia: aquí nunca sucedió nada, los verdugos y las víctimas de ayer conviven pacíficamente, pero el poder sigue estando en las mismas manos, en las mismas 100 familias de la burguesía española que se enriquecieron con Franco y ahora siguen viviendo del sudor de las clases trabajadoras. Los que mataron a mi abuelo y encarcelaron a tu padre, y los que se beneficiaron de ello, llaman al olvido, para que nada cambie. L@s nuestr@s habrían muerto para nada y hoy lo mejor sería resignarse al trabajo precario, la brutalidad de las fuerzas represivas, los malabarismos a final de mes, los accidentes laborales, la cárcel para l@s pobres y l@s luchador@s.
Pero eso no va a suceder. Seguramente ellos, los ricos y poderosos, no lo comprendan, pero es que quienes murieron por la libertad no han muerto del todo, nunca pudieron con ellos y hoy han caminado con nosotr@s. Detrás de cada capucha y en cada grito, alzados con cada puño: José Luis Sanchez Bravo (22 años), José Humberto Francisco Baena Alonso (24 años), Ramón García Sanz (27 años), Juan Paredes Manot “Txiqui” (21 años) y Ángel Otaegui Echevarría (33 años). En la noche del 19N del 2005, resuenan los versos que escribiera Txiqui antes de ser asesinado:
Mañana, cuando yo muera
no me vengáis a llorar.
Nunca estaré bajo tierra:
¡Soy viento de libertad!
Somos Viento de libertad y l@s niet@s de l@s obrer@s que nunca pudísteis matar, somos l@s hij@s de la dignidad rebelde que nunca pudísteis encerrar. Los amamos y odiamos a sus verdugos.
La historia no ha terminado. El capitalismo es barbarie y sufrimiento para los más: En los más está la esperanza. Defender la alegría, organizarla rabia. ¡No pasarán!
COORDINADORA ANTIFASCISTA DE MADRID 
