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lunes, febrero 20, 2006

ALGUNAS OBJECIONES AL PROGRAMA ANARQUISTA


Extraído del foro de alasbarricadas.org :


Se suele objetar al anarquismo, que defiende un sistema de vida irrealizable, basado en el principio de que «el hombre es bueno». Es una ideología —dicen— que pretende llevarnos de vuelta al pasado, y que sería de imposible aplicación a la sociedad presente. Es necesario —afirman los detractores— que el Estado organice la economía, el necesario que el Estado nos coaccione para que estemos en nuestros puestos y todo lo conseguido en miles de años no se venga abajo. Y esto es así —opinan los arquistas—, porque la naturaleza humana es mala, la organización anarquista impediría el progreso, quitaría los incentivos al trabajo y sobrevendría el caos.

1º.- ¿Es el Estado el que organiza la economía?

No. Hay que entender que hay varios tipos de Estado en lo que se refiere a política económica. Hay modelos muy intervencionistas, y otros muy poco intervencionistas. El Estado en un sistema capitalista liberal de mercado no planifica si uno tiene que abrir una pastelería, un bar o una tienda de verduras. Eso lo deja a la iniciativa privada. No es el Estado el que organiza la economía de un país. Puede haber organización económica sin Estado.

2.- ¿ Garantiza el Estado el orden?

No. Se nos dice que el Estado es el que garantiza la paz, pero ¿qué paz? Nunca murió más gente que en el siglo XX por guerras, que es cuando los Estados han sido más poderosos. Actualmente el Estado se ve obligado a mantener una guerra perpetua tanto hacia el exterior de sus fronteras, como hacia el interior contra sus propios ciudadanos, que de manera continua incumplen las leyes que se le imponen. Por lo tanto el Estado no garantiza la paz, sino que administra el delito y lo mantiene dentro de unas fronteras que le resultan útiles. (Ver "delito y castigo en la sociedad libertaria" en el foro de Higiene, Ética y Moral Libertaria)

3º.- ¿Todos esos delitos y guerras no indican que la naturaleza humana es una naturaleza malvada?

No. La naturaleza humana no es ni buena ni mala, sino cultural y social. Cada uno de nosotros responde a los estímulos de la cultura en la que vive, adoptando sus costumbres y valores; nos vemos obligados a vivir en sociedad, es decir, a formar parte de grandes grupos de personas que dependen unas de otras para garantizar su supervivencia y bienestar. A lo largo de miles de años los humanos han experimentado con todo tipo de sistemas culturales y formas de organización social. Poseemos una naturaleza maleable, adaptativa, creativa, y podemos asumir otro tipo de valores.

4º.- Eso está muy bien —piensan los que dudan—, pero una organización cooperativa sólo puede aplicarse a sociedades muy sencillas, de pocos pobladores. Ahora mismo hay mucha población, la organización social es muy complicada, y el anarquismo no se puede llevar a cabo.

Precisamente por ello el anarquismo es posible. La sociedad se organiza en red de lo más pequeño a lo más grande. Imagina una superficie plana en la que aparecen etiquetas con nombres que dicen: explotación agrícola, sistema de riego, gasolinera, horno, panadería, economato, barrio, pueblo, municipio... Son todas unidades pequeñas, en las que la gente puede actuar y actúa de manera cooperativa. Por lo tanto el anarquismo es tan posible como lo es esta sociedad, ya que se basa en la actuación autónoma de los individuos, de lo pequeño a lo más grande. Lo que propone el anarquismo es cambiar el sistema de incentivo para la acción y el trabajo, basado actualmente en la competitividad y la avaricia, por otro que insista más en la cooperación y en el apoyo mutuo.

5º.- Pero eso es absurdo —puedes pensar—, jamás el anarquismo se ha llevado a la práctica.

No es así. En España, en Ucrania, en México, en diversas revoluciones, se han llevado a cabo sociedades libertarias, en las que se ha abastecido a millones de personas y no ha habido esa penuria que pronostican los contrarios al anarquismo. Por ejemplo, en Barcelona, ciudad muy compleja y de gran número de habitantes, se desintegró el Estado tras la sublevación del general Franco en 1936. Inmediatamente los sindicatos, las cooperativas, las colectividades y todas las organizaciones populares garantizaron los servicios a la comunidad. Esto duró varios años y no se hundió por motines ni por hambrunas, sino por una invasión militar. Cuando el anarquismo se ha puesto en práctica, siempre ha acabado con él el ejército, no su presunta incapacidad.

6º.- Aunque esto sea así —objetan—, el anarquismo al eliminar la competitividad, hará que las personas se vuelvan indolentes, negligentes y todo sea de mala calidad.

Sin embargo quienes afirman esto caen en una gran contradicción: es muy evidente que hace falta en esta sociedad un gigantesco reglamento disciplinario para hacer que la gente trabaje, que no se basa en la competitividad. Porque a la gente se le ha expropiado de su responsabilidad (que recae en el capitalista), se le ha quitado el beneficio de su trabajo (que se reparten el capitalista y el Estado), se nos ha vuelto —en definitiva—, indolentes, y se pretende que esta situación siga. El anarquismo, por el contrario, afirma que quien crea la riqueza no es ni el capitalista ni el estado, sino el trabajo de las personas, y que hay que devolver la responsabilidad y los beneficios a quienes trabajan, para que haya progreso y bienestar para todos.

7º.- Imposible —te contestas a ti mismo—. Si mañana se implantara el anarquismo, seguiríamos con los mismos hábitos que tenemos ahora. Habría indolencia, falta de cooperación, violencia, traiciones, gente que a la primera de cambio te deja tirado...

Efectivamente, estás describiendo esta sociedad. Todo eso y mucho más pasa ahora. ¿Qué pasaría si mañana mismo se implantase el anarquismo? Si mañana se implantase el anarquismo, sucedería que seríamos libres. Desgraciadamente el anarquismo no va a imponerse de la noche a la mañana. Hay un camino por recorrer en esta sociedad, un camino en el que construimos esa sociedad futura, cooperativa, sin coacción y sin violencia. El método anarquista establece que hay que dar una serie de pasos educativos que cambien la manera de actuar de las personas, para que el anarquismo se haga posible.

8.- Sigue siendo imposible, la educación no lo es todo. Mediante escuelas no conseguiréis que cambie la gente, ya que actualmente la escuela intenta difundir valores como la solidaridad, y la gente sale de la escuela sin ser solidaria, mirando solo a su propio bolsillo. Además, todas las ideologías predican la libertad y la solidaridad, y cada vez que llega alguien al poder, sigue todo muy parecido.

Nosotros y nosotras, anarquistas, consideramos que la educación es otra cosa. Y tampoco queremos tomar el poder. Pensamos que para llegar a una nueva sociedad hay que dirigirse hacia ella. Que la duración del viaje sea mayor o menor dependerá de los medios que emplees para llegar. Puede pasar que si empleas el transporte equivocado no llegues jamás. Por lo tanto, elegir el método adecuado es garantizar la llegada al objetivo que nos hemos fijado.

Para nosotros la educación es una actividad que parte de la acción, que nos afecta tanto a nosotros como a quienes nos rodean, y tiene tres vertientes: formativa, difundiendo nuestros valores; destructiva, atacando las instituciones que nos oprimen; y constructiva, creando nuevas organizaciones de todo tipo.

Si tú planteas luchas contra la injusticia desde colectivos, sindicatos, organizaciones; si plantas batalla a empresas y corporaciones; si te asocias con personas que tienen tus mismos problemas; si planificas estrategias y tácticas para conseguir fines... Estás educándote a ti y estás educando al pueblo, que modificará sus puntos de vista según la fuerza de tu empuje.

Si además edificas escuelas, ateneos, centros culturales, medios de comunicación, estás educando al pueblo. Si creas un tejido productivo de cooperativas, sociedades de ayuda mutua, empresas autogestionadas, estás educando al pueblo. Si esas organizaciones se dotan de estructuras participativas, asamblearias y libertarias, estás educando al pueblo. Y todo cuanto se te ocurra.

Si haces todo eso, llegará el momento en que te enfrentarás a fuerzas muy poderosas que te saldrán al paso empleando todos los recursos para destruirte. Si el pueblo está educado y ha adquirido valor en el proceso, hará la revolución, que no es un baño de sangre, ni la conquista del Estado, sino la sustitución de lo viejo por lo que es nuevo y ya existe. Y no surgirán viejos fantasmas, porque el pueblo se habrá educado en la libertad, en la participación, en el igualitarismo y en la solidaridad. Ese y no otro es el método anarquista

Pero además, no sólo se concreta el anarquismo en el momento revolucionario. Si haces todo eso o aquello que se te ocurra, basándote en tu fuerza y en la de tus amigos, compañeros e iguales, cualquier pequeña victoria que te apuntes, te hará beber la fuente de la libertad. Te hará retornar a aquel punto primero en donde no había ni siervos ni señores. Y eso no lo olvidarás jamás. Porque el anarquismo no promete un paraíso futuro al que hemos de sacrificar el presente. Al contrario, es en el momento presente donde hay que disfrutar el anarquismo.


A grandes rasgos, me ha parecido interesante. Quizás un tanto simplista en ocasiones, pero me parece que está bastante bien.