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miércoles, enero 04, 2006

La vida secreta de las palabras

Dirección y guión: Isabel Coixet.
País:
España.
Año: 2005.
Duración: 122 min.
Género: Drama.
Interpretación: Sarah Polley (Hanna), Tim Robbins (Josef), Javier Cámara (Simon), Sverre Anker Ousdal (Dimitri), Eddie Marsan (Víctor), Steven Mackintosch (Dr. Sulitzer), Eddie Marsan (Victor), Julie Christie (Inge), Daniel Mays (Martin), Dean Lennox Kelly (Liam), Danny Cunningham (Scott).
Producción: Esther García.
Producción ejecutiva: Agustín Almodóvar y Jaume Roures.
Fotografía: Jean Claude Larrieu.
Montaje: Irene Blecua.
Dirección artística: Pierre-François Limbosch.
Vestuario: Tatiana Hernández.
Estreno en España: 21 Octubre 2005.

Web oficial: http://www.lavidasecretadelaspalabras.com
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SINOPSIS

Un lugar aislado en medio del mar: una plata-forma petrolífera, donde sólo trabajan hombres, en la que ha ocurrido un accidente. Una mujer solitaria y misteriosa que intenta olvidar su pa-sado (Sarah Polley) es llevada a la plataforma para que cuide de un hombre (Tim Robbins) que se ha quedado cie-go temporalmente. Entre ellos va creciendo una extraña intimidad, un vínculo lleno de secretos, verdades, mentiras, humor y dolor, del que ninguno de los dos va a salir indemne y que cambiará sus vi-das para siempre. Una película sobre el peso del pasado. Sobre el silencio repentino que se produce antes de las tormentas. Sobre veinticinco millones de olas, un cocinero español (Javier Cámara) y una oca. Y sobre todas las cosas, sobre el poder del amor incluso en las más terribles circunstancias.

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CRITICA extraída de aquí

En aquella estupenda película de Ricardo Franco titulada ‘La Buena Estrella’, Maribél Verdú decía: ‘Las cosas que no se dicen son como si no fueran’. Hay palabras que nuca deben ser pronunciadas, hay secretos que siempre deben estar guardados. Pero a veces, cuando las palabras son dichas y los secretos revelados, se encuentra el alivio, la comprensión y la libertad. De esto podría decirse que va la última película de Isabel Coixet, una absoluta obra maestra, que prácticamente deja a uno sin palabras, aunque eso suene a chiste.

Rodando de nuevo en inglés, Coixet ha cogido a un par de actores inmensos y nos cuenta la historia de una mujer que llega a una plataforma petrolífera para cuidar a un hombre que ha sufrido un accidente de trabajo. Entre ambos, no sin dificultad, surgirá una relación especial que les llevará a conocerse mucho más allá de lo que ellos, y el espectador, piensan. Los dos personajes están interpretados por la ya habitual Sarah Polley, absolutamente encantadora y magnífica en el papel de una mujer silenciosa, misteriosa y cautivadora, con un gran dolor a sus espaldas. Y Tim Robbins, realmente soberbio, interpreta al accidentado, un hombre sincero, que encuentra en su enfermera una nueva razón para vivir. Él ciego, ella sorda, y las palabras que les acompañan, darán lugar a una de las películas más maduramente emotivas que el cine español recuerde.

Porque Coixet se ha lucido como nunca con un guión que podría haber caído en la sensiblería más bochornosa, si no fuera por su enorme capacidad para mostrar y narrar uno hechos de forma totalmente sincera y sin argucias ni manipulaciones. La película que empieza con un montón de actos por parte de la protagonista que no entendemos, va cobrando forma según avanza y terminando con un encaje total de todas las piezas, perfectamente engranadas como un mecanismo de relojería. Todo nos es mostrado a su debido tiempo, sin prisas, ofreciéndonos momentos de una fuerte emotividad, hasta que al final ya no hay secretos ni palabras no dichas. Todo cobra sentido, y es el espectador el que se queda callado, pensativo, emocionado…

Por el camino vemos a unos personajes perdidos, no sólo los principales, seres que por un razón u otra quieren estar apartados de todo, y no quieren ser molestados bajo ningún concepto. El dolor es demasiado grande como para arriesgarse. Afortunadamente las palabras cobran vida para sacar todo el dolor y sufrimiento que se lleva dentro, para intentar curar las heridas, las visibles y las que no se ven. Todo esto, con una enorme fuerza poética, nos es mostrado en una película grande en sí misma, única, valiente, y que ya es, sin dudarlo, una de las mejores del año. Lo dicho, una obra maestra.

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He elegido esta crítica, porque dice exactamente lo que pienso de esta película. ültimamente parece que no hablo de otra cosa, pero es que estoy teniendo un par de semanas cinéfilas... "La vida secreta de las palabras" es una historia triste y dura, de las que te marcan, de las buenas. De las que no importa que te hagan pòlvo, porque incluso lo disfrutas. Una historia en la que se siente la dureza pero no se hace evidente hasta casi el final. Donde cada palabra dicha, tiene su significado. En resumen una película recomendadísima.
Por cierto, busco a alguien para ir a ver Agua con sal o El jardinero fiel. Quiero aprovechar que estoy en racha.