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viernes, agosto 04, 2006

Washington comienza a ponerse nervioso por la normalidad cubana

Bush envía mensajes de desestabilización y urde un plan para acelerar el fin del Gobierno cubano

x Gara/Rebelión

EEUU lanza mensajes contradictorios sobre su participación en el futuro de Cuba. Oficialmente afirma que ayudará a los cubanos sólo cuando éstos decidan «democratizarse», pero en la trastienda congresistas y senadores, ayudados por la disidencia de Miami, urden un plan para «acelerar» la caída del Gobierno de Fidel Castro. Aumentar la información contra La Habana y empujar al Gobierno provisional de Raúl Castro a cometer errores son las claves de su estrategia.

El presidente de EEUU, George Bush, se ha manifestado por primera vez sobre la situación en Cuba tras el anuncio de la enfermedad de Fidel Castro. En un mensaje al pueblo cubano, el líder norteamericano ha intentado desestabilizar la Isla y ha exhortado a la población a derrocar el socialismo con promesas de apoyo y dinero para los subversivos y represalias contra los leales.

En el comunicado, distribuido por la Casa Blanca, Bush afirma que "en estos momentos de incertidumbre en Cuba, una cosa está clara: EEUU está completamente comprometido con el apoyo a las aspiraciones de libertad y democracia del pueblo cubano". El presidente norteamericano ha apostado claramente por la injerencia en sus palabras: "Insto al pueblo cubano a trabajar en favor de un cambio democrático en la isla. Nosotros -afirmó- les apoyaremos en sus esfuerzos para levantar un Gobierno de transición en Cuba comprometido con la democracia y tomaremos nota de aquellos que, dentro del actual régimen cubano, obstruyan su deseo de una Cuba libre".

Se trata de la primera declaración personal del presidente desde que el lunes se conociera que Castro había traspasado el poder de manera temporal a su hermano Raúl.


La declaración de Bush representa un claro giro en la política de EEUU al hablar directamente de "cambio ". Snow se había limitado a indicar que el traspaso de poderes no supondría ningún acercamiento de EEUU hacia Raúl Castro.

Muchos recuerdan que el denominado Plan para la Transición Cubana de la Administración Bush reconoce tener un apartado secreto que podría incluir desde maniobras de desestabilización a planes de intervención armada bajo la excusa de una democratización.

En el calor tropical de Washington, políticos, funcionarios de inteligencia y estrategas empresariales reinician el debate sobre qué tipo de intervención debería realizar Estados Unidos en una transición política en Cuba.

Mientras el mensaje oficial en la capital apunta a mantener la política actual hacia Cuba, en la trastienda se consideran opciones que incluyen desde usar esta coyuntura para acelerar el fin del Gobierno de Fidel Castro a entablar una relación con la comisión encabezada por Raúl Castro y hasta empezar a levantar el bloqueo económico.

Prueba de esta contradicción en los mensajes son las declaraciones del secretario de Comercio estadounidense, Carlos Gutiérrez, quien subrayó que «cuando esté establecido un Gobierno de transición comprometido con la democracia, prometemos ayudarles a lograr libertad política y económica».

Gutiérrez explicó cómo colaborará Estados Unidos para que los cubanos lleguen a este punto. El secretario de Comercio advirtió de que Washington no permitirá que «fuerzas externas» (por Venezuela) interfieran en el proceso interno de los cubanos. «Cuba pertenece al pueblo cubano y el futuro de Cuba está en manos de los cubanos», afirma. Pero, acto seguido, añade sin tapujos que sólo EEUU, «que no representa una amenaza a los hogares del pueblo cubano», podrá intervenir en este «proceso de transición».

La intervención de EEUU es ayuda, la del resto, injerencia.

Más TV de la disidencia

El «plan de ayuda» viene avalado por dos senadores y cuatro congresistas vinculados a la disidencia de Miami, quienes se han reunido recientemente con altos funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional.

La idea, según fuentes conocedoras de la reunión consultadas por la prensa local, es llevar a los dirigentes cubanos que rodean a Raúl Castro a enfrentarse a escenarios nuevos donde tengan que tomar decisiones poco usuales, que les dejen poco espacio de maniobra y que cometan errores que aceleren la «democratización» del país.

Durante el encuentro, en el que participaron los congresistas republicanos Mario y Lincoln Díaz-Balart e Ileana Ros-Lehtinen, así como el congresista demócrata Bob Menéndez y los dos senadores por Florida, Mel Martínez y Bill Nelson, también se discutió la necesidad de incrementar «de inmediato» las emisiones de TV Martí, medio de la disidencia. «Este es el momento. No podemos darnos al lujo de perder tiempo con burocracias mientras los acontecimientos en Cuba se desarrollan velozmente», afirmó Ros-Lehtinen.

Estas medidas vienen a consolidar la antigua estrategia de Estados Unidos para tumbar el Gobierno cubano. De hecho, el pasado 10 de julio, el segundo informe de la Comisión para la Asistencia a una Cuba Libre, creada por Washington, fijó la ayuda de Estados Unidos para «un futuro democrático» en la isla en más de 62,8 millones de euros, más del doble de la cifra que planteaba el primer documento al respecto ­hace dos años­, que se situó en 22,8 millones de euros. Este dinero se destinaría principalmente a financiar a la disidencia y a fomentar la información contra el Gobierno cubano.

«Listos para defendernos»
GARA/Rebelión

LA HABANA

La industria militar cubana lleva meses aplicando un programa de modernización de su armamento para potenciar su capacidad defensiva y aumentar sus posibilidades combativas, informaba ayer el diario “Granma”.

Según esa fuente, empresas militares cubanas trabajan en el diseño de prototipos de equipos modernizados cuyo costo ha sido «mucho menor» que si se hubieran adquirido en el extranjero.

Además, recuerda que Cuba tiene una concepción defensiva denominada «Guerra de todo el pueblo» basada en la disposición de luchar de los ciudadanos, quienes tendrán un medio y lugar para hacerlo junto a las tropas regulares, si el país llegara a ser invadido.

Por otro lado, el diario reproduce un discurso de Raúl Castro de hace dos meses en el que aseguraba que «no descansaremos un minuto en el trabajo de organizar la defensa». «Los cubanos somos conscientes de que sin el esfuerzo sostenido de nuestro pueblo para consolidar la capacidad defensiva del país, hace tiempo que habríamos dejado de existir como nación independiente».

En cuanto al ambiente en la Isla, es de absoluta normalidad sin que se haya suspendido ninguna actividad cotidiana ni se observen signos de disturbios ni reacción alguna a las arengas de Washington y Miami.

«Ya no está bajo cuidados intensivos»

La hermana de Fidel Castro, Juanita Castro Ruz, exiliada en Miami desde 1964, dijo ayer que había tenido noticias de que su hermano «ya no está bajo cuidados intensivos». «Allí todo es un secreto de Estado, pero yo no tengo por qué guardarlo (...) Lo quiero como hermano. Es mi hermano, no lo puedo negar. Me preocupa. No me importa lo que piense el exilio», añadió. -