x Andoni Txasko Díaz (miembro de la Asociación del 3 de Marzo de 1976 de Vitoria-Gasteiz) (*) Un año más, y van 30, seguimos en la lucha exigiendo que unos hechos criminales, cometidos por las fuerzas represivas de un Estado dictatorial, sean enjuiciados e investigados y se castigue a los responsables de aquella brutal y terrible actuación. Simple y llanamente estamos reclamando justicia. El 3 de marzo de 1976 es una fecha marcada con sangre en la historia de Gasteiz y significó un antes y un después en la lucha de la clase trabajadora de la ciudad y de Euskal Herria.
La solidaridad, la unidad, el derecho de los trabajadores a elegir libre y democráticamente a sus representantes, el poder de decisión de la asamblea, fueron entre otros, aspectos fundamentales del espíritu que caracterizó la lucha del 3 de marzo.
La Patronal y el Estado no podían permitir que esa ilusión generada en los obreros por conseguir unas condiciones dignas de trabajo y el reestablecimiento de unas libertades arrebatadas por el dictador a golpe de fusil, siguiera adelante. Volvió a utilizar los fusiles para, por una parte, cortar de raíz esa forma de lucha y el movimiento generado y por otra, dar un escarmiento ejemplar que sirviera de aviso a navegantes.
30 años después seguimos empeñados en recuperar la verdad, una verdad totalmente tergiversada por los informes oficiales y que los diferentes gobiernos del Estado español no quieren revisar. Recuperar la memoria histórica es un deber y una obligación de cualquier gobierno y de la clase política de un país. Hay Estados que están derogando leyes injustas de punto final y han conseguido sentar en el banquillo a verdaderos genocidas y criminales, accediendo con ello a las peticiones legítimas de justicia de sus ciudadanos. Todo un ejemplo a seguir.
En España, por el contrario, se sigue amparando y cobijando a los responsables de acciones de verdadero terrorismo como la del 3 de marzo. Fraga Iribarne y sus acólitos siguen en la más completa impunidad y su partido, el PP, continúa dando crédito a las versiones policiales y con ello justificando lo acontecido en Gasteiz en marzo de 1976.
El PP y sus dirigentes han votado positivamente mociones en las que se concede la “Medalla de Alava” a la Asociación del 3 de Marzo (como reconocimiento y tributo a los obreros asesinados por la lucha llevada a cabo), queriendo escenificar con ello un lavado de imagen de cara a sociedad.
Estas actuaciones son pura hipocresía y falsedad y quedan de manifiesto cuando, ante nuestra petición de que para acceder a que la medalla nos sea impuesta por parte de Ramón Rabanera, tanto él, como su partido el PP deben exigir primero de manera formal e inequívoca el esclarecimiento y la investigación de aquellos hechos, este nos contesta, que con nuestra postura estamos ofendiendo y despreciando a los alaveses.
La sociedad alavesa sabe muy bien, después de 30 años, quien desprecia y ofende a quien, si nosotros reclamando justicia y verdad o el PP denegándola y cobijando a su presidente de honor, Fraga Iribarne, responsable máximo de aquella masacre.
Los tribunales de justicia lejos de impartirla nos la deniegan, hacen total dejación de investigar, cuando el esclarecimiento debería de ser su principal objetivo. Ahora sí, buscan el mínimo resquicio para encausar, detener, condenar y encarcelar a cualquier persona o colectivo, bien sea social, juvenil, cultural, político, etc., cuya labor vaya dirigida a potenciar las libertades, la cultura, el idioma, la resolución de conflictos o el derecho legítimo a poder decidir nuestro futuro como pueblo.
A la inmensidad de todas estas personas y colectivos les hacemos llegar el máximo agradecimiento y solidaridad por estar todos estos años a nuestro lado mostrándonos su apoyo y luchando conjuntamente por conseguir las justas reivindicaciones marcadas.
Si las instancias judiciales de un Estado son incapaces de resolver los problemas, son sus políticos los que tienen que afrontar con voluntad y valentía los mismos y buscar e impulsar las soluciones.
Es hora de que toda la clase política y las instituciones a las que representan, resuelvan todas las injusticias llevadas a cabo durante el periodo dictatorial. Ha habido y hay iniciativas y propuestas presentadas tanto en el Parlamento vasco como en el Congreso español encaminadas al reconocimiento y la reparación moral de las víctimas y represaliados causados en ese periodo. Pero esa voluntad mostrada por algunos, en la práctica no se ha plasmado todavía en algo real y efectivo, y en todo caso, el mejor reconocimiento y reparación que puede hacerse, es que se revisen o se juzguen las causas, pues se puede dar la paradoja de ser homenajeado y reconocido conforme a una ley, y mantener al mismo tiempo las sentencias o versiones de juicios sumarísimos e informes policiales en los que se aparece como maleantes, asesinos y agresores. O lo uno, o lo otro. Por eso nos parece imprescindible la recuperación y la revisión de la historia para cambiar la que en la actualidad reflejan los documentos de aquella negra, aciaga y trágica época. Es al Partido Socialista al que le toca actuar y decir mucho en este asunto.
No se puede permitir que a la juventud actual y a las futuras generaciones no se les haya transmitido o no se les transmita lo que pasó un 3 de marzo de 1976 en Gasteiz, o lo que es peor, que lo que conozcan o lleguen a conocer, sea en base a una historia tergiversada y manipulada, que de ningún modo refleja lo que realmente sucedió.
Hemos aportado nuestra versión de los hechos basada y fundamentada en informes históricos al Curriculun VascoEuskal Curriculuma, una iniciativa que nos parece muy positiva e interesante que debe ir encaminada a recoger en los libros de texto la verdadera historia y cultura de nuestro pueblo, Euskal Herria, las cuales, han pretendido, desde algunas instancias y poderes del Estado, desvirtuar, olvidar y enterrar en lo más profundo de los océanos.
Este aniversario va a ser algo especial, no tanto por ser una fecha redonda, sino porque muchos gasteiztarras van a revivir un acontecimiento muy emotivo.
En otoño de 1977 Lluis Llach, en un recital junto a Mikel Laboa, encogió los corazones de las personas que llenaban el pabellón de Mendizorrotza, cantando su “Campanadas a Morts”, canción que con tanta rabia y sentimiento compuso la noche del mismo día de la matanza, en honor a los obreros asesinados.
Este 3 de marzo Lluis Llach vuelve a deleitarnos cantando, junto al Orfeón Donostiarra, su ya emblemático y sobrecogedor Réquiem. Otra vez volverán los nudos a las gargantas, los ojos se llenarán de lágrimas y la emoción inundará el pabellón de Zurbano.
Con “Campanadas a Morts” Llach ha contribuido a difundir a nivel internacional unos hechos que desde los poderes del Estado y por todos los medios han tratado siempre de olvidar y ocultar, por eso desde la asociación queremos mostrar y expresar nuestra más sincera e inmensa gratitud y reconocimiento por la labor realizada. Eskerrik asko, Lluis.
(*)Firman el texto Romualdo Barroso Frejo, Santiago Díaz de Espada y José Luis Mtz. Ocio
Fuente: www.pat-eh.org
Comunicado de LAB
3 DE MARZO: DENUNCIA Y COMBATE LA PRECARIEDAD
Han pasado 30 años desde que las trabajadoras y trabajadores reunidos en la iglesia de San Francisco de Gasteiz fueron masacrados. Cinco muertos, decenas de personas heridas de bala, miles gaseadas... la única razón, defender y reivindicar sus derechos laborales.
Pero ese negro día de nuestra historia no es una mera fecha de recuerdo de aquellos atroces sucesos; el 3 de marzo es mucho más, es el día referencial de la lucha del movimiento obrero vasco. Las reivindicaciones que se escuchaban en Gasteiz hace 30 años siguen vigentes. Hoy como ayer la clase trabajadora tenemos mil razones para seguir luchando.
La patronal se siente muy a gusto en este sistema capitalista de política neoliberal, capaz de pasar por encima de cualquiera y de cualquier cosa, con tal de aumentar sus ya grandes beneficios. Y esto no son simples palabras, somos las trabajadoras y trabajadores quienes sufrimos las consecuencias de todo ello. Un tercio sobrevive moviéndose de contratos temporales al paro y del paro a más contratos temporales, por no hablar de los trabajos cada vez más precarios, las pésimas condiciones laborales, privatizaciones, subcontratas, flexibilidad de horarios, dobles escalas salariales, ritmos frenéticos de trabajo, accidentes, muertes.
Aunque afecte con más crudeza a diversos colectivos específicos (mujeres, juventud, inmigrantes, personas con discapacidades), la precariedad se está convirtiendo en un problema estructural. No es algo que ocurra tan sólo en una empresa o un puesto determinado, sino que han encontrado en la precariedad la herramienta para instrumentalizar y someter a toda la clase trabajadora. A las nuevas generaciones de trabajadoras y trabajadores cada vez les queda más lejos la situación laboral de las anteriores, estabilidad en el empleo, nivel económico...
Por tanto, la lucha contra la precariedad y a favor de unas condiciones laborales dignas tiene que ser el principal objetivo de la acción de los sindicatos. LAB seguirá con determinación ese camino. Debemos activar con fuerza una respuesta y movilizarnos toda la clase trabajadora y toda la sociedad. Éste es el único modo de acabar de una vez con la esclavitud y la lacra de la precariedad.
Movilízate en la empresa y en la calle. ¡Está en tu mano!
LAB sindikatua
www.labsindikatua.org
Convocatoria: día 3, Gasteiz, a las 7 en la plaza 3 de marzo
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30 aniversario
La represión policial volvió a Gasteiz otro 3 de marzo
Al menos ocho heridos, dos detenidos y la irrupción policial contra una manifestación que recordaba el 30 aniversario de la masacre de 1976, hizo revivir escenas de represión en Gasteiz, siendo algunas de las propias víctimas de hace 30 años las que fueron objeto de porrazos y detenciones. El portavoz de la Asociación de Víctimas del 3 de marzo fue uno de los detenidos. La Ertzaintza cargó contra la marcha al exigir que se retirara una ikurriña con la foto de los presos Igor Angulo y Roberto Sainz.
GASTEIZ
Gasteiz y las víctimas del 3 de marzo de 1976 volvieron a sufrir la represión policial 30 años después de que la Policía atacara una asamblea de trabajadores provocando cinco muertos y un centenar de heridos. Ayer fue la Ertzaintza la que irrumpió en la manifestación que recordaba el 30 aniversario de estos hechos, y algunas de las víctimas de hace tres décadas volvieron a vivir la represión policial.
La manifestación, en la que participaban alrededor de 7.000 personas, llenaba la calle Portal de Legutiano y llevaba ya recorridos varios minutos, cuando un cordón de la Ertzaintza y varias furgonetas cortaron el paso en la plaza de Bilbao.
Exigieron la retirada de una ikurriña con la foto de los presos muertos Igor Angulo y Roberto Sainz, con cuyos familiares se había solidarizado la Asociación de Víctimas del 3 de marzo a través de Eva Barroso, hermana de uno de los cinco obreros muertos en 1976.
«¿Venís a rematarnos?»
Durante unos minutos la manifestación no avanzó, viviéndose escenas de tensión. Los manifestantes levantaron las manos gritando «Policía asesina», «3 de marzo, no olvidamos» y «Esta es vuestra paz, no la queremos». Eran sobre todo personas mayores, que vivieron los sucesos de 1976, las que, indignadas, increpaban a los ertzainas.
«¿Venís a rematar a los familiares?», preguntó desde la pancarta José Luis Martínez Ocio, hermano de Pedro Martínez Ocio, otro de los trabajadores muertos en 1976.
Las primeras filas se sentaron en el suelo hasta que los manifestantes decidieron seguir adelante atravesando el cordón policial. En ese momento muchos de los presentes volvieron a revivir otro 3 de marzo. Una lluvia de porrazos y pelotazos dejó al menos ocho heridos. Uno de ellos, con un golpe en la cabeza, tuvo que refugiarse en una cafetería cercana. Cuando llegó la ambulancia, el personal sanitario tuvo que acercarse andando, ya que los ertzainas le impidieron en un principio el paso. Otro de los heridos, con una fuerte contusión en un brazo, intentó en vano que la Ertzaintza identificara a su agresor. Uno de los policías se negó a ello «porque no me da la gana».
Al menos ocho personas resultaron heridas, la mayor parte con lesiones en la cabeza. Siete de ellas tuvieron que ser atendidas en el hospital de Santiago y la otra, con una oreja partida, fue atendida en la clínica La Esperanza.
Además, la Ertzaintza detuvo a dos personas que portaban la ikurriña con las fotos, una de ellas el propio presidente de la Asociación de Víctimas del 3 de marzo, Andoni Txasko. Los golpes en la cara recibidos en 1976 habían dejado a Txasko prácticamente ciego. Ayer, la Ertzaintza volvió a golpearle en la cara. Una de las manifestantes recordó que «hace 30 años le dejaron ciego. ¿Le vais a dejar ciego otra vez». La respuesta policial fue: «si ya estaba ciego no se le puede dejar ciego otra vez». El otro detenido fue Josu Ormaetxea, ex preso político y herido también en la masacre de 1976.
«Fraga, Balza berdin da»
La intervención policial acuñó en esos instantes un nuevo lema que se unió a los clásicos de esta jornada: «Fraga, Balza, berdin da».
El parlamentario de EA Rafa Larreina medió con los mandos policiales, tras lo que, tras unos minutos, continuó la manifestación hasta la plaza de la Virgen Blanca, donde también les esperaba la presencia policial.
«Como hace treinta años, las fuerzas policiales han reprimido a la clase obrera. Es inaceptable», denunciaron los portavoces de la asociación.
Más tarde, todavía se producían cargas policiales por el centro y barrios de Gasteiz. En el concierto con el que Lluis Llach recordó este aniversario unas horas después, dedicó una de sus canciones a Andoni Txasko, quien «debería haber estado aquí».
Hasta el momento de la intervención policial la manifestación había marchado desde la iglesia de San Francisco, escenario de lo sucesos de 1976 tras una pancarta que portaban representantes sindicales y víctimas del 3 de marzo, bajo el lema “Seguimos exigiendo justicia y verdad”.
Tras ellos iba la ikurriña con la imagen de los dos presos muertos. La conmemoración unió ambos recuerdos y pudieron oirse gritos de «Herriak ez du barkatuko», «Agur eta ohore, euskal gudariak» o «Estado español, estado terrorista».
En el homenaje previo, la hermana de Romualdo Barroso envió un abrazo solidario a los familiares de Igor Angulo y Roberto Sainz, y recordó que «hemos aprendido a desconfiar de las versiones oficiales», tanto de la masacre de 1976 como de la muerte de los presos políticos, y denunció la persecución a través de métodos como la incomunicación, la Ley Antiterrorista, y la Ley de Partidos, que crean espacios de impunidad. Tras señalar que «sabemos lo que es el dolor, pero nos negamos a que se manosee para condicionar un proceso político», Barroso reclamó a los partidos políticos que defiendan el derecho de los pueblos a ser y a decidir y apuesten decididamente por una solución dialogada», tras lo que pidió un minuto de silencio por los dos presos vascos muertos.
Un momento especialmente emotivo fue la proyección de imágenes del 3 de marzo de 1976, las movilizaciones en sus aniversarios, la represión policial y sus responsables con el sonido de la canción de Lluis Llach en homenaje a los cinco muertos, «Campanades a Morts».
«Alguien ordenó la masacre desde el poder. Todavía estamos pidiendo justicia», señalaron las víctimas. Los sindicatos ELA, LAB, ESK, STEE-EILAStambién denunciaron la política penitenciaria y las muertes de los presos porque «esta dispersión mata», y el alargamiento de las condenas. Igualmente, expresaron su solidaridad con los familiares de Angulo y Sainz.
Retroceso de derechos
Por otro lado, recordaron que después de 30 años, «los poderes económicos y políticos del Estado español han intentado ocultar las responsabilidades de la masacre» y de otros ataques armados contra quienes reclamaban derechos de las personas y los pueblos y movimientos sociales y sindicales.
«Después de 30 años el déficit que tenemos en el disfrute real de muchos derechos sociales y políticos es clamoroso», insistieron.
Asimismo, denunciaron que en las empresas «es notorio el retroceso en derechos consolidados por la prepotencia y trato dictatorial de las patronales», así como la precariedad, la siniestralidad, las dobles escalas salariales, la marginación de las mujeres y la explotación de los inmigrantes.
El Parlamento reconoce a las víctimas
Unas horas antes de que Lakua enviara a la Policía a la manifestación, el Parlamento de Gasteiz había aprobado una resolución en la que reconoce a las víctimas del 3 de marzo su condición de «víctimas del terrorismo». También condena «los cinco asesinatos y brutales agresiones cometidas por la Policía» y reitera el apoyo a las iniciativas de la Asociación de Víctimas del 3 de marzo «con el fin de que se esclarezca lo sucedido, se haga justicia y se diluciden las responsabilidades». Finalmente pide al Gobierno español «idéntico tratamiento» que a las acogidas a la «Ley de solidaridad con las víctimas del terrorismo». -
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